Una de las parroquias medievales de la ciudad, la de Sant Jaume, fue instalada bien cerca. Era colindante al actual Ayuntamiento y tenía un porche y un cementerio. Más adelante, a mediados del siglo XIX, se produjo la demolición del templo y la apertura de la plaza actual, que mantuvo el nombre de Sant Jaume. La plaza Sant Jaume es hoy el principal centro de poder de Catalunya: podéis contemplar el palacio de la Generalitat (en el lado de la montaña) y el Ayuntamiento de Barcelona (en el lado del mar). Por otro lado, en el siglo XVIII en este inmueble que tenéis delante vivió Joan Pau Martí. Hijo de Francesc Martí, que había sido constructor de casas, se convirtió en uno de los más destacados libreros y impresores. Era propietario de la tienda en dónde trabajaba, ya que la había adquirido por el precio de 40 libras. Ostentaba el título de “estampador de la ciudad, del General de Catalunya y de la Casa de la Diputación”. Es decir, trabajaba para la Administración, que, como hemos visto, estaba cerca.