Estás delante de Floristeria Jardí, fundada hace más de 20 años y hoy regentada por Imma Ribera. Pasear por una calle empedrada es ahora habitual, si bien no lo era durante la Barcelona de la Época Moderna. Las dificultades provocadas por los baches o el fango en el tráfico de personas o carruajes eran constantes. Por esa razón hacían falta reformas. Sabemos que en 1738 se empedró la calle, en el marco de una iniciativa general del gobierno municipal. Pero la obra definitiva se llevó a término entre Mayo y Septiembre de 1802, en la vigilia de la visita de Carlos IV a la ciudad de Barcelona. Las piedras para el pavimento se extrajeron de la montaña de Montjuïc. El rey venía a Barcelona en motivo de una doble boda (la del príncipe de Asturias y la de una de las infantas) y residió en la ciudad durante dos meses.  Al margen del pavimento de muchas calles, durante los meses previos a su visita se llevaron a cabo otras obras públicas, como la reforma de los edificios oficiales. Una visita real había acelerado el “lavado de cara” de la ciudad. ¿ Sabías que en la comitiva regia había 2.326 personas, que ocasionaron escasez de abastos y de alojamiento ?