En la aljama de Barcelona se cultivaron todo los géneros literarios y se escribieron tratados científicos de todo tipo: se cultivó la poesía, la filosofía, la teología, la literatura didáctica y la jurisprudencia. La medicina también ocupó un lugar preeminente gracias a las obras de Sésset Benvenist (s. XII) y de Zerahya ben Saltells de Gracia (s. XIII), que tradujo obras médicas de Galeno, de Avicena y de Maimónides. En esta zona de la calle de Sant Honorat, se situaban en el siglo XIV las casas de Samuel Bonastruc y Bonastruc Samuel. El préstamo era una de las ocupaciones tradicionalmente asociada a los judíos desde el siglo XII en Barcelona. Hasta el siglo XIV, los cristianos no pudieron prestar dinero a interés. Sólo los judíos más solventes económicamente pudieron seguir negociando créditos bajo estas condiciones. Por otro lado, el crédito no era necesariamente una dedicación exclusiva: lo encontramos ejercido por médicos y rabinos, aparte de los banqueros, a modo de inversión.