La primera denominación obedecía a la situación de la miqvé o baño ritual por inmersión en agua corriente donde los judíos se purificaban: la documentación escrita nos atestigua que, en época medieval, en esta calle se ubicaban unos baños fríos. La antigua calle de los Banys Freds tiene un trazado muy irregular, en forma de cuatro. Al final de la calle, había existido un callejón que conducía a la Baixada de Santa Eulàlia. El tramo meridional estaba cubierto por una larga vuelta, que conducía directamente al Castell Nou (Castillo Nuevo) a través de un paso elevado. En fotografías de finales del s. XIX se puede ver todavía el arco que da nombre a la calle. Ante esta calle, se encontraba el complejo de sinagogas, escuelas rabínicas (ieshibot) y de fundaciones piadosas (hebreo hqdš; v. la lápida conmemorativa dedicada a Samuel ha-Sardí, empotrada en la fachada del núm. 1 de la calle Marlet), documentadas ya en el siglo XIII, que dieron a Barcelona la fama merecida de centro de sabiduría judía.