Historiográficamente, el límite norte del Call no se ha fijado de forma clara. Ha quedado documentado que la antigua calle de la Volta no era un límite, ya que las propiedades judías se encontraban a ambos lados de la calle. En el lado norte, las fincas limitaban con algún huerto y propiedades cristianas, la más importante de las cuales era la Escuela de la Seu. Sin embargo, se hace difícil pensar que el eje de Santa Eulàlia-Sant Sever hasta las murallas romanas quedara siempre fuera de los límites del Call. Sobre la finca de Sant Sever núm. 1 se apoyaba la vuelta que daba nombre a la calle y se abría una antigua calle sin salida que recibía el nombre de callejón "bajo la vuelta". Antes del alboroto de 1391 la casa era propiedad de David de Bellcaire, bautizado como converso con el nombre de Miquel Lupetti. David de Bellcaire era propietario también del edificio de la entrada de la calle de Sant Domènec, donde estaba la residencia del portero y la carnicería judía. Hijo de Isaac Bonjuhà de Bellcaire, uno de los secretarios de la aljama en 1349, estaba emparentado por matrimonio con la antigua e influyente familia Cap-Forn. Esta familia es un buen ejemplo de cómo los judíos barceloneses establecían estrictas estrategias matrimoniales.