El nombre de Volta del Call se debe a que la parte más occidental de la calle estaba cubierta por una bóveda que conducía a ambos lados de la calle, la cual no formaba parte de los límites del Call, como a menudo se había dicho, ya que las casas situadas en la parte septentrional estaban en manos de propietarios judíos. Antes del pogromo de 1391, la casa situada en esa esquina (Sant Sever-Sant Domènec del Call) era propiedad del judío Enoch Saporta, originario de Bellpuig y emparentado con judíos cerverinos. La movilidad geográfica y a menudo la ubicuidad fueron rasgos comunes de los judíos catalanes, que cambiaban de residencia frecuentemente y a menudo poseían propiedades en varias ciudades. Después de pasar por varias manos, en el siglo XVII la casa actual fue reedificada por Francisco Mir y Pujades. El edificio conserva elementos anteriores a esta reedificación, como es la puerta adintelada bajomedieval.